Un pequeño paso para el mundo, un gran paso para el ratoncito. Se acabó el tambalearse, el agarrarse a los muebles y arrastrase en paralelo a las paredes. El dar tres pasos y estamparse. El caer. Bienvenido el paso firme, el ir donde quiero y cuando quiero, el dar la mano solo porque me apetede ir de la mano, no porque lo necesite. Bienvenida la independencia. Por suerte, la asignatura correr aún no ha abierto matrícula...
Pues sí, mi niño ya anda. Solito. Como loco. Va, viene, te persigue por toda la casa, y es perseguido a su vez... es una ricura. Pero es curioso, a la vez que se ha abierto ante sus ojos un mundo entero de posibilidades, ha crecido en él una necesidad tremenda de tenernos cerca, de no perdernos de vista, de agarrarnos de la mano, y una afectividad nueva ha surgido entre nosotros: abrazos, mimos, sonrisas arrebatadoras... ¡todo esto es nuevo! ¿dónde había estado este mimoso hasta ahora? Nunca nos había dado los abrazos que nos da ahora, ni pedido que le demos la mano, ni arrimado su cara a la nuestra en lo más parecido a un beso que hemos conocido... Cuando juega, te pide que juegues con él, cuando duerme que le des la mano... cuando come que le hagas tonterías... es encantador, y un poco agotador, no lo niego. Pero estoy disfrutándolo muchísimo.
Lo único que no me gusta mucho es que de repente se ha vuelto más tímido y lloroso que nunca. Ayer fuimos a tomar café a casa de un amigo, pues al llegar se agarró a mi pierna como nunca había hecho y no se soltó hasta pasado un rato (y con una galleta de por medio). Luego, al salir, me adelanté con la silleta y se quedó mi amigo con él y lloró como un loco al perderme medio segundo de vista. Bajando a la calle, donde nos esperaban otras amigas, le dio la vergüenza y quiso que le cogiera en brazos, donde escondía su cabeza en mi hombro todo el rato. Pero bebé, ¿qué te pasa?
Saliendo un poco del tema niño. Sigo en paro, ahora ya sí. Y con montones de cosas que hacer, y una pereza tremenda. Como tengo esperanzas de empezar a trabajar de nuevo en diez días, en el fondo lo que quiero es vaguear, descansar, petardear... pero la realidad se impone, y la lista crece y crece... hay cosas impepinables, como
- ir al inem (no me fío de mis esperanzas)
- sacar la ropa de verano
- encontrar vestido para irme de boda en diez días, y apañar el estilismo entero
- peluquería antes de la boda (las canas reaparecen)
- consulta médica pendiente
Y además:
- cambiar de colchón
- ordenar armarios
- hacer un álbum digital del primer año del roedorcillo
- ... y tenía más cosas pendientes pero el subconsciente hace que se me olviden!!
miércoles, 8 de junio de 2011
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1 comentario:
Me acabo de zampar todas las entradas sobre tu ratoncito. No entraba por aquí desde hace siglos y no sabía que habías seguido con el blog. Y hoy voy y me encuentro con esto. Qué bonito, tía. Sigue disfrutando del nene y síguelo contando.
¡Un beso niña!
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