La visita de ayer al pediatra me dejó un poco triste. Al parecer, el peso del ratón no ha seguido la evolución prevista. Vamos, que se ha quedado un poco escuchimizado. No es que me haya pillado por sorpresa. Primero, porque desde que empezó la guarde come menos por las mañanas (no le gusta el biberón). Y segundo, porque cuando la semana pasada fuimos a urgencias le pesaron, así que el dato de ayer no me sorprendió mucho. Lo que sí me preocupó es la bajada en su percentil de peso (ha pasado de un 50 a un 10). Su padre me dice que no me preocupe, que al niño no hay más que verlo: está grande, hermoso, sano, feliz. Y es cierto que sus tíos y abuelos cada vez le ven más hermoso y enorme. Será porque crecer, desde luego, crece. Sigue en un percentil 75 y tiene unas piernas larguísimas. Está esbelto y guapo. Pero no engorda lo que debiera. Solución: además de introducirle las verduras, hay que darle cereales y leche de continuación. Así que según salimos del centro médico nos compramos una caja de cada en la farmacia.
Lo de la leche de continuación evidentemente no tiene nada que ver con su peso, sino con mi deseo de ir poco a poco destetándole para así poder llegar tarde si tengo que trabajar. Ayer, como estaba un poco triste por el tema del peso, colapsé un poco por la noche. Le preparamos su primer biberón con cereales, y él dijo que nos lo comiéramos nosotros. Escuchándole llorar desconsolado porque no lo quería, empecé a pensar en todo lo malo que podía pasar, en que nunca comería biberón, que no iba a engordar, que iba a enfermar, que todo iba mal... el biberón acabó intacto y el ratón finalmente cenó pecho, poco y mal por el disgusto y el sueño. Y yo me acosté sintiénome fatal. Hoy me he levantado mejor y he comprendido que no se hunde el mundo, que era el primer día, que hay que darle tiempo, y que hay más soluciones, por ejemplo, darle la leche y los cereales en papilla.
Hoy también ha comido su primer puré de verdura: zanahoria y patata. No se si era la novedad o que ha salido un poco espeso, pero no le ha gustado mucho. Ha comido una cuarta parte, pero nos ha valido como prueba. Y esta noche la prueba de fuego: biberón de nuevo. Si no se lo toma, lo echaremos en un plato, lo espesaremos un poco y con cuchara seguro que lo toma.
En un mes tenemos visita de control de peso. Le vamos a dejar a la enfermera con la boca abierta.
martes, 12 de octubre de 2010
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