Mi ratoncito cumplió ayer seis meses. Está hecho todo un hombrecito. Se ríe sin parar, agita sus sonajeros para que suenen y los tira al suelo para que sus padres se los recojamos. Ya rueda como una croquetilla, y aunque no se sienta solo sí se sostiene unos segundos si le colocas en posición. Hoy está un poco pesadito. Quiere atención todo el rato y lloriquea si no le haces caso. No quiere echarse una siesta, a pesar de que se le nota en la cara que se muere de sueño. Me va a tocar bajar a pasear a ver si así se duerme.
Me apetecía contar cómo viví el día en que vino al mundo, pero un error inexplicable ha borrado un largo post donde lo relataba con pelos y señales, y no me apetece volver a hacerlo. Quizá otro día. Ahora toca callejear en busca de queso. Mi ratoncito me reclama.
miércoles, 6 de octubre de 2010
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