miércoles, 27 de mayo de 2009

Turno de noche

Llevo tres días trabajando de noche. El primer día lo llevé razonablemente bien. Esa mañana me había levantado con dolor de garganta y mucha congestión, y a parte del malestar propio de un catarrazo, de tener los ojos hinchados y la nariz como un tomate, no noté mucho la nocturnidad, ni me costó dormir cuando llegué a casa.
El segundo día fue el mejor. Pequeña crisis a eso de las 4 am pero buen ritmo de curro, y satisfacción con el resultado. A la mañana siguiente dormí incluso mejor.
El tercero fue horrible. Empezaba a acusar el cansancio - es un hecho probado que de día las horas de sueño no son tan reparadoras - y el catarro lejos de irse tuvo un brote. Eso sí, procuré no tomar café para luego poder dormir como una campeona. Y más o menos he dormido, pero poco, sólo seis horas, y mal por los mocos y la tos.

Ahora mismo me encuentro tirada en el sofá pensando con horror en la noche que me espera. Estoy cansada, me duele la cabeza, y tengo un poco de fiebre. Si no fuera porque acabo de empezar me quedaba hoy en casa. La pregunta es ¿cuánto tiempo podría aguantar este turno de noche? contando con que no siempre estaré acatarrada ni dolorida. ¿Cuánto aguantaría cualquiera? Mi compañera me ha contado que lleva más de un año, con un mes o dos de por medio de turno normal. Yo tengo por delante 5 semanas. Veinticinco noches. Llevo ya tres. La pena es que no tengo ninguna cuenta atrás pendiente. El verano se presenta aburrido. Mi cuenta atrás va a ser el final de la era vampira.

Hoy me encuentro mal, ya he dicho que tengo fiebre y me estalla la cabeza. Pero tengo que intentar aprovechar las tardes antes de entrar a trabajar. Llevo tres días sin ver el sol, mas que por la ventana. Y necesito que me dé un poquito, que eso da vida. Mañana me propongo dar un paseo por el barrio después de comer.