viernes, 2 de noviembre de 2007

Llevo una semana en mi nuevo trabajo. Silla nueva, nuevos compañeros, nuevas funciones, nuevos sistemas de trabajo... demasiadas novedades. Nunca me ha gustado la sensación que se tiene cuando se incorpora uno a un equipo ya formado. Éste en concreto lleva más de dos años trabajando, y no sé si porque se aburren, o no tienen nada que decirse, el caso es que no hablan nunca entre sí. Yo, que soy de por sí tímida y no suelo hablar mucho cuando no tengo confianza, me encuentro un poco incómoda preguntando constantemente cómo se hacen las cosas, de qué manera se nombran los videos, en qué carpeta se meten y todo lo que necesito saber sobre unas dinámicas de trabajo creadas sobre la marcha, sin rutinas ni lógica alguna y que sí, acabaré conociendo al dedillo, pero hoy por hoy soy incapaz de entender.

Ya ha empezado noviembre. Se acerca peligrosamente la navidad, y con ella las riñas familiares. Por mucho que la publicidad se empeñe en decir lo contrario, la Navidad es la peor enemiga de las familias. Yo la temo, sobre todo desde que ya no solo pertenezco a mi familia, sino que tengo familia propia, es decir que me he casado con un chico que además, para colmo, tiene su propia familia, lo cual, claro, ha complicado mucho las fiestas, la asistencia a las mismas, digo.

No, gracias a dios en nuestro caso el problema no es "no quiero pasar ni una nochebuena más con tus padres". Su familia es adorable, y él dice lo mismo de la mía, cosa que le agradezco. Nuestros problemas no son porque ninguno quiere pasar la navidad en casa del otro, es más, ambos insistimos en pasarla con la del otro. Por cariño, se entiende, no porque no queramos pasarla con los nuestros, sino porque ambos queremos que el otro y su familia sean felices. Pero aquí hay algo claro: no podemos estar en dos sitios a la vez, llega la obligación de repartirse.

Y claro, luego entra mi hermano, su mujer, y la familia de su mujer... y este año una novedad: su hija, y el deseo de todos de tenerla en casa en esas fechas. Sé que en mi familia esto va a dar que hablar. En la suya pasa lo mismo, tienen un sobrino a repartir entre dos familias, pero ellos son muchos, y siempre hay alguien en casa, aunque falte el sobrino con sus padres. Pero en la mía somos solo dos. Y claro, reñir no reñimos, pero entre tanto reparto siempre sale alguien escaldado, siempre hay quien sale perdiendo en el reparto del tiempo de los suyos, hay quien se pone triste aunque lo disimule... y yo pues también lo paso mal. Porque al final mi decisión afecta a más personas que a mi pareja y a mí. Fundamentalmente, a mis padres.

Y luego hay otro elemento en juego, en el puzle familiar que tenemos a pesar de ser solo dos hermanos. Mi abuelo, 100 años el tío, salud de hierro pero cabeza perdida y deterioro físico evidente. Cuatro piezas a juntar en cuatro ciudades diferentes. Obligaciones y deseos se mezclan y se hacen a veces incompatibles. A ver cómo lo resolvemos este año. Sólo sé que en vez de descansar, las navidades me estresan.

jueves, 25 de octubre de 2007

El principio de muchas cosas...

Después de dos pilotos, horas de trabajo a porrillo, momentos de de incertitumbre, rumores, porras y apuestas sobre en qué va a quedar todo esto, especulaciones, encargos de última hora, duras decisiones finales y algunos disgustillos, parece que mañana grabamos por fin el primer programa, en el que estamos trabajando desde hace tanto tiempo. Y por fin podremos ver andar al niño al que llevamos meses alimentando.

El caso es que para mí va a ser un día raro. Resulta, menuda paradoja, que lo que va a ser el primer programa para todos en mi caso va a ser el último, porque el lunes empiezo en otro. El trauma del traslado va a ser mínimo: me mudo dos mesas más para allá. Pero siempre me han asustado un poco los primeros días en nuevos trabajos, y más aún cuando el equipo ya se conoce ( llevan año y medio trabajando juntos) y yo soy la nueva, la que no se entera de nada, la que no conoce a nadie...

Bueno, eso tampoco es cierto. Conozco a parte del equipo, siempre de otros trabajos. Conozco a dos guionistas, un par de redactores o tres, y al director, que es lo más importante. Fue director mío hace años, en un proyecto del que guardo muy buenos recuerdos y muchas amistades, que me enseñó mucho y que en cierto modo marcó lo que soy ahora y lo que he hecho todos estos años. Él es un tipo encantador... al que no veo desde hace seis años. Mucho tiempo para tirar de nostalgia en las distancias cortas.

Ha sido un cambio no previsto, y bastante precipitado. Mi esposo está muy contento y dice que es muy buena noticia. Dg también. Y la V está como loca, que es perfecto. Poca más gente lo sabe... Yo estoy llena de dudas, como con todo lo que hago. Sin embargo, empiezo a ver cada vez más claro que se abre ante mí una nueva etapa llena de posibilidades de la que puedo disfrutar mucho si me lo propongo, y en la que pueden pasar muchas cosas buenas.

Por de pronto, y coincidiendo en el tiempo, a mi esposo le han cambiado de horario. Ha tenido casi que amenazar pero lo importante es que ha abandonado las noches... por las tardes. Bueno, menos es nada. Por lo menos cenamos juntos... a eso de las 23 horas pero cenamos juntos. Nos vemos, nos acostamos a la vez y en cuanto nos acostumbremos a convivir de nuevo el uno con el otro y a compartir el sofá creo que podremos empezar de nuevo a comportarnos como una pareja. Ni qué decir tiene que estoy feliz. Le he echado tanto de menos...

miércoles, 17 de octubre de 2007

Hace dos meses que no nos vemos

Vergüenza me da entrar en el blog y ver que mi última actualización es ¡de hace dos meses! Y por si no fuera poco, no puedo dejar de admitir que mi intención era contar día por día y a través de fotos las 20 jornadas que pasé en Japón, ¡¡¡y me cansé con la primera!!!

No voy a recuperar trabajos que no hice en su día. Correré un tupido velo y ala, a otra cosa mariposa. Aunque para ser sinceros el comienzo de mi nueva vida se remonta al mismísimo instante en que encendí mi móvil al llegar de Japón. Tiene un mensaje nuevo. "Ratón, llámame, que tengo trabajo para ti". Tres días mas tarde me incorporaba a mi nuevo puesto. Y dos meses más tarde aquí sigo. ¿Sólo dos meses? Bueno, dos meses y unos cuantos cientos de kilómetros en autobús, muchos minutos grabados, horas de trabajos en turnos de mañana, tarde y noche, y algún que otro día festivo trabajado.

Por desgracia, después de tantos esfuerzos invertidos, el fin se intuye cerca, porque al parecer lo que nosotros consideramos un buen trabajo dadas las circunstancias a nuestro cliente, la cadena, no acaba de gustarle. En fin. Creo que no comemos turrón. Es más, me atrevería a decir que en un mes estoy en la cola del paro.

En estos dos meses han pasado otras muchas cosas. Si es que creo que he contado mal, y son más de dos meses los que han pasado desde entonces... en estos dos meses he visto en directo a un grupo mítico, The Police, en un viaje relámpago y bastante divertido que hice con miquique. Súper concierto, súper directo, súper viejunos que están todos pero lo bien que nos lo hicieron pasar, hitazo tras hitazo, que hasta yo, inculta de mí, me sabía todas las canciones. Lo vimos casi desde primera fila, por delante de la segunda barrera de seguridad, sin empujones ni apreturas. Todo un lujo.

En estos dos meses también han bautizado a minisobri. Minisobri está irreconocible, tiene unos mofletes que te hacen olvidar lo pequeña que era cuando nació y unas pantorrillas para mordisquearlas sin parar. También tiene dos dientes pequeños que asoman cuando sonríe, y sonríe mucho. Más que sonreír, se carcajea, se ríe sin parar con todo lo que le dices, especialmente si contiene la letra "i". Es tan simpática que se te olvida lo puñetera y mimosa que es. O la meten en cintura o va a hacer lo que quiera de sus padres. Y tiene solo siete meses.



lunes, 6 de agosto de 2007

Japón. Día 1

Kyoto. B&B Casa Carinho. Regentado por un canadiense ausente y una austriaca triste. Imposible perderse al llegar. La clave está en el banderín de la entrada.

Al entrar hay que dejar los zapatos en la puerta. Como en casi todos los sitios en Japón.


Las habitaciones son estilo japonés. Vamos, que hay que dormir en el suelo.

lunes, 16 de julio de 2007

Último día de la era preJapón

Esta es una entrada in extremis. Ha llegado Juans y me ha dicho que como hace mucho que no escribo casi se le pasa que mañana nos vamos a Japon. Así que en su honor, y para tranquilizar los nervios, voy a hacer mi última entrada de la época preJapon.

Ya no puedo retransmitir esta marcha atrás en días, sino en horas. Mañana a estas horas estaremos sobre volando algún punto del mundo que no me atrevo a determinar. Llevaremos ya diez de las dieciséis horas de viaje hechas. Me llevo una pirula por si me quiero dormir y no puedo, un antifaz, una almohada cervical, un libro, la guía de Japón, un cuaderno, todo lo que creo que me puede hacer falta para pasarlo lo menos mal posible durante un vuelo tan largo.

Nuestro último fin de semana ha sido intenso. El sábado madrugamos lo no escrito para coger un avión rumbo a La Bella Easo, donde nos esperaba Rafael para llevarnos a casa corriendo, que durmiéramos un poco y fuéramos frescos a una boda hipano germana que resultó bien divertida. Al día siguiente nos despertamos a eso de las cuatro con ganas de un chapuzón en la playa. Margarita se había quedado a esperarnos y nos acompañó al barquito que nos llevaría directos a las olas. Allí se encontraría con Rafael, que volvía de tomar las aguas. El sol era abrasador. Cuando llegamos al embarcadero nos cruzamos con la procesión de la Virgen del Carmen. Eran pocos pero bastante entregados. Subieron la imagen de la vigen a un pesquero y se la llevaron esta vez en procesión marítima a dar una vuelta entre cohetes y salves. Cuando llegó el barquito, Rafael no venía en él. Aún así, tal era nuestro afán por remojarnos que dejamos allí a la pobre Margarita pensando que llegaría en el siguiente.

El viaje en barco no creo que llegara a los cinco minutos, y otros cinco separaban el embarcadero de la playa. Nada más llegar me tropecé con una especie de bolardos que pone la autoridad local para delimitar el área de aparcamiento de los coches. Son de cemento y no levantan quince centímetros del suelo, y están puestos a traición. Me chafé un dedo y vi las estrellas. Aún me iba quejando cuando oímos un silbido a nuestra espalda y de repente todos los comerciantes de lazona salieron a todo correr a recoger el género que tenían expuesto en la calle. Todavía no habíamos salido de nuestro asombro cuando una nube de arena se interpuso entre nosotros y el horizonte, y dejamos de ver el mar. De repente, la temperatura bajó un montón, y el cielo se oscurecióEl silbido se hizo insoportable, los árboles se inclinaban, los toldos en las terrazas golpeaban contra las paredes, y las velas de los barcos se agitaban y éstos se bamboleaban hacia los lados con violencia. De camino al embarcadero, la arena se metía en los ojos y picaba al chocar contra las piernas. Después de esperar cerca de media hora cogimos de vuelta a casa. No llegamos ni a pisar la arena. Las galernas del cantábrico es lo que tienen.

Esta mañana hemos vuelto al interior. En estos momentos ultimamos los detalles. Silvi e iñaki han salido de Pamplona hace una hora escasa, y llegarán justo para dormir. Mañana nos levantaremos pronto. A ver qué nos depara el viaje.

domingo, 1 de julio de 2007

Día de reflexión

Es domingo, y me he levantado a las tres de la tarde. Ayer estuvimos en el desfile del Orgullo. Salimos muy tarde de casa, esperando a que bajara un poco el calor. Cuando llegamos a Gran Vía estaba todo tan abarrotado de gente que decidimos bajar a Plaza de España a esperar a las carrozas, pero iban con tanto retraso que allí no llegaba nada. Comenzamos a subir por Gran Vía al encuentro de la diversión, y mientras la esperábamos entramos en un Burger King (error!!) a por patatas fritas. Cuando ya íbamos a pedir (larga espera, por supuesto; estaba petado) nos llama Torner: es hora de irnos al cumpleaños de Luz. No me lo puedo creer: ¿no voy a ver ni una triste carroza? Al final vi dos: la de UGT y la del PSOE (vergüenza debería darles). Y nos fuimos corriendo.

Graciosa, la fiesta, muy tranquila (aunque hoy me he enterado de que duró hasta las 10 de mla mañana). Nuestro nuevo mejor amigo se emborrachó un poco y se puso tibio a comer. Como es alemán, le estuve explicando los distintos modos de pedo: qué es estar pedo, cogerse un pedo, tirarse un pedo, y se arrepintió un poco de no llevar encima la libreta del argot. Cuando nos fuimos intentamos coger un taxi, luego bajamos nuestraaspiraciones a un bus, y al final tuvimos que ir a casa andando. Juans s intentó irse a un garito y cuando llegó no pudo entrar de lo lleno que estaba. Las fiestas del Orgullo Gay se han convertido en algo parecido a los Sanfermines. La plaza de Cibeles estaba como si el Madrid hubiera ganado la liga de nuevo, los buses circulaban un poco escorados de la de gente que iba dentro y las paradas estaban como para quedarte a esperar. Yo iba un poco indignada. Porque vivimos en el centro, pero ¿y si tenemos que ir hasta el Barrio del Pilar?

Mañana comienza la cuenta atrás de la quincena. La lista de cosas que hacer aumenta.

- Pagar el impuesto de circulación (me van a clavar con el recargo por tardona!!).
- Comprar el Japan Rail Pass.
- Pedir yenes.
- Entregar documentación de la subvención para la reforma de la corrala.
- Ir a la pelu.
- Ir a buscar la mochila que me va a dejar Torner para el viaje (he reflexionado, paso de comprarme una).
- Comprarme la ropa interior que mi madre me regaló por mi cumple que fue hace ya 45 días.
- Anular la cuenta de Caja Madrid que tengo ya en números rojos.
- Limpiar la nevera.

Creo que eso es todo. A ver si mañana puedo tachar por lo menos cuatro de los elementos de esta lista. La semana que viene estoy toda de noche, así que lo que no haga mañana dudo que lo haga en otro momento. Por cierto, mis sospechas se confirman. Me pierdo el txupinazo. Ohhh!!!

viernes, 29 de junio de 2007

jueves, 28 de junio de 2007

Cosas que tenemos que ver


El tiempo sigue corriendo, y yo solo deseo una cosa. Un fármaco, una droga, algo que tras tomarlo me permita tener un sueño largo y reparador tras el que me despierte dispuesta a pasar 20 días locos viajando por Japón sin resoplar agotada ni un día, y que por supuesto me tomaré nada más montar en el avión que me lleve hasta allí. Quiero dormir 16 horas seguidas, soñar, roncar, y levantarme como si nada. Este deseo es fruto de dos cosas: las ganas que tengo de que llegue el día 17 y el cansancio que llevo en el cuerpo. Ayer regresé de mi viaje relámpago a Tenerife. Allí constaté varias cosas: lo lejos que está Canarias, lo impuntuales que son los canarios, lo impresentables que son las compañías aéreas, lo equivocados que estamos viajando sin planificar el trabajo antes, y lo mayor que estoy (ya no aguanto estos trotes). Eso solo así, de repente. Seguro que si reflexiono un poco se me ocurren más cosas. Ahora bien, tengo que decir que los concursantes nos trataron de maravilla, y nos facilitaron muchísimo el trabajo. De lo que me quejo es del ritmo inhumano que hemos llevado, agravado por el hecho de ir cargados como mulas. ¿Un ejemplo? Ahí va.
Martes. 9h en Fuencarral. 9'30h en la Moraleja. 10'30h en Tres Cantos. 13h en el Campo de las Naciones. 15'30 en Barajas. 20h en Tenerife. 1'30 buscando un sitio donde nos dieran de cenar.
Al día aiguiente la clave no estuvo en la capacidad que tenemos de estar en varios sitios a la vez. Estuvo en las 6 horas que pasamos en un aeropuerto esperando un vuelo que no sabíamos si iba a salir. Llegué a casa a las 3 de la mañana. Al aterrizar estábamos tan cansados que no encontrábamos la salida del aerpuerto, y Rafa se enfadó con la telefonista de Teletaxi porque no se acordaba de dónde había pedido el taxi y ella no entendía cómo podía haber ocurrido eso. Nos reíamos por no llorar. Hoy nos han dado el día libre. Estaría bueno...
Pero dejemos atrás los momentos de crisis y hablemos del futuro cercano y nipón. Lo que veis arriba es Tsukiji, el mercado de pescado de Tokyo. Uno de los lugares que quiero visitar. Es el mercado de pescado más grande del mundo. Normal, si pensamos que Japón consume un tercio del total de pescado que se come al día en todo el mundo. Para verlo en su máximo apogeo hay que llegar tipo 5 de la mañana. Toneladas de salmón, algas, calamares, pulpo, y sobre todo, atún. Tiene que ser alucinante estar rodeado de atunes de miles de kilos esperando para ser despedazados con habilidad por un japónés bajito con un cuchillo mágico (cortar el pescado correctamente requiere algo más que tino, debe de ser una especie de arte, una actividad destinada solamente a unos pocos, aquellos que estén dotados de ese don; hasta hay simuladores de cortar pescado en las salas de recreativos...).
La subasta diaria de atún en especial dicen que es todo un espectáculo. Desgraciadamente al parecer desde hace un par de años está prohibida la entrada de turistas, ya que entorpecían mucho el desarrollo de la subasta. Qué lástima. Para acallar la pena, basta con adentrarse en las calles adyacentes y elegir el puesto callejero en el que quieres desayunar un buen sushi, seguramente el más fresco que hayas comido nunca.
Mañana... los maid cafés.
Ah. Quedan 19 días. Cuando lleguemos a los 15 descorcharemos champán.

lunes, 25 de junio de 2007

Y el tiempo sigue corriendo...

... mientras yo cuento las horas para volar a Tenerife siguiendo al grupo perdedor de hoy. Buen día nos espera mañana. Laaargo largo. Esperando que estos 22 días que quedan para volar a Japón pasen más rápido voy a proponer currar a partir de ahora todas las noches (haciendo un gran favor a mis compañeros, por otro lado) a cambio de que me dejen dos fines de semana: el de Sanfermines (6-7-8) y en de la boda de Amaia. ¿Colará?

viernes, 22 de junio de 2007

Faltan 25 días... ¿tantos?

Llevo cinco días trabajando de noche y me parece que son 25. Los días se me hacen eternos, y a la vez tengo la sensación de no hacer nada útil... porque estoy siempre durmiendo, o esperando frente a la tele a que sea la hora de irme, como ahora mismo. Son las 22.50. Llevo una hora sin saber qué hacer. Si me descuido me duermo, estoy demasiado empanada para leer, o hacer algo que me exija un esfuerzo intelectual, doy cabezadas, no tengo apetito, y los minutos hasta las 23.30 que salgo de casa se me hacen eternos. El resto del día no lo paso mucho mejor. Por la tarde intento dormir lo que no he dormido por la mañana. Generalmente no lo consigo. Entre una cosa y otra suelo dormir unas 5 horas o así. Nunca más. Pero me cunden poco. Menos mal que hoy es el último día.
Mañana es la noche de San Juan. Miquique quiere ir a la sierra, a casa de una vieja amistad, a saltar las hogueras. Una ocasión de juntarse con la vieja guardia de sus tiempos de estudiante. A ver qué nos depara la noche. Antes de eso quiero ir a comprarme una mochila con ruedas para el viaje. Es un empeño personal de Miquique, que no quiere que lleve maleta... sino mochila. Dice que va a ser mucho más práctico a la hora de los traslados, y tiene razón. Pero es que una mochila... con lo que pesa, y lo fuercicas que yo soy, Cuando encuentre la mochila que necesito prometo enseñarla.
Llega la hora. Me voy a trabajar.

lunes, 18 de junio de 2007

Fotografía del futuro II


Fijaros en este sitio, porque puede ser la octava una de las nuevas maravilla del mundo. Es el templo de Kiyomizu, en Kyoto. Está considerado Patrimonio de la Humanidad. Se asoma a un barranco sobre pilares de madera, algunos de más de 10 metros. Todo el complejo se compone de 20 edificios. Lo que veis es la imagen más conocida.

Es sólo uno de los cienes y cienes de templos que vamos a visitar en los tres o cuatro días que paremos por Kyoto. Hay tantos por ver que tendremos que hacer un ejercicio de síntesis. Junto con el Pabellón Dorado, es una de las visitas imprescindibles. Además, tendremos que ver el Pabellón Plateado (que no es plateado, porque su autor que murió antes de cumplir sus planes); el Palacio Imperial; el barrio de Arashiyama; el templo de Fushimi Inari, con sus cientos de toris rojos formando un pasillo indescriptible; o por supuesto, conocer el barrio de Gion, famoso por su vida nocturna, sus clubes y sus callejuelas, y por supuesto sus geishas.

Inauguro sección. Fotografía del futuro I

Del futuro cercano, claro. Ahí va una pequeña galería de lugares que fotografiaremos en aproximadamente 30 días. Con todos vosotros, el Pabellón Dorado de Kioto. Visita impepinable. Construido en 1397, es uno de los símbolos de la ciudad.
Kioto fue capital de Japón hasta el siglo XIX. Su riqueza arquitectónica y patrimonio cultural le libraron de ser objetivo militar durante la Segunda Guerra Mundial. Allí viajaremos el mismo día 18, según aterricemos en Japón. Tres horas escasas separan Kioto de Tokio en tren bala (550 kilómetros de nada). Entre una cosa y otra llegaremos tarde, y como allí anochece muy pronto no creo que podamos ver nada hasta el día siguiente. Nuestro alojamiento está en el este de la ciudad, cerca de lo que se conoce como el Paseo de los Filósofos. Una zona muy interesante según nos ha contado Bea, que acaba de regresar de ese país. Cerca también está la zona de Gion, con sus bares, sus callejones y sus geishas.

El lugar que hemos reservado como alojamiento es una especie de casa de huéspedes. Es un hospedaje tipcamente japonés. Los dueños nos han mandado un detallado mail con las indicaciones para llegar a la casa. Es como una yincana. Si llegamos y no están, cuentan, podemos encontar una llave en un farolillo rojo que se sitúa a la entrada a la casa. Para cualquier problema, nos dicen que preguntemos en el bar de enfrente por alguien cuyo nombre también nos enseñan a pronunciar. Toda una aventura que no termiará hasta que estemos tirados en el tatami, porque camas, lo que se dice camas, no tienen.

sábado, 16 de junio de 2007

Paréntesis en la cuenta atrás Rigau dixit

Dejemos descansar un poco al reloj. Paremos esa cuenta atrás. Un minuto de reposo. Sólo para decir varias cosas:
1.- menuda mierda de primavera. Estamos a menos de una semana del verano y no deja de llover. Es imposible ponerse en situación de pre-vacaciones.
2.- menuda mierda de semana me espera. Currando de 12 a 8... de la mañana. Trabajar por las noches tiene sus ventajas: no te molesta nadie, suele haber tranquilidad absoluta, y te deja el día libre. Pero aunque intente autoconvencerme, sigue siendo una mierda de semana.
3.- menuda mierda de pelo. Ya me han dicho que parezco Javier Rigau. No digo más.

Dicho lo cual, sólo me queda por preguntar una cosa más. ¿Quién quiere un lote de pelis VHS, entre las que se pueden encontrar títulos como Aflicción, Atrapado en el tiempo, El padrino, Cowboy de medianoche, Algo pasa con Mary, Cosas que hacer en Denver, La naranja mecánica, Sospechosos habituales, Asesinato en 8mm, Miedo y asco en Las Vegas, Taxi Driver o La guerra de las galaxias, entre otras pequeñas y grandes joyas? Hay más, pero estos son los títulos que leo desde la mesa cuando miro la estantería llena de cintas cogiendo polvo sin parar. Qué ganas de encontrarles una nueva familia. Si no, cualqueir día las pongo de patitas en la calle. Si alguien las quiere, se las regalo. En lotes de cinco mínimo.

Ah, quedan 31 días.

jueves, 14 de junio de 2007

Faltan 33 días

Y también se cumplen tres días en mi nuevo trabajo. Ha sido una jornada tranquila, de 13 a 19 más o menos. No me lo podía creer... Mañana también se prevé calmadilla (bueno, no muy larga pero sí intensa), aunque de lo que nadie habla es de los días de libranza... como si no los nombraras no existieran, oye. Lo mejor del día ha sido saber que uno de mis compis trabajó en ¡Canal Campero! y en ¡Padres! Conoce a todo el mundo, a mi ex jefa, a A. claro, a M., ¡a gente de cuyos nombres ya ni me acordaba! Luis U. por ejemplo ¡qué personaje! es un tío bien majo, aunque no acabo de entender bien por qué está en todas mis grabaciones, si es casualidad o es que yo grabo muy mal...
Por otro lado, el programa va bien. Los resultados no son malos, y a la gente le gusta... pero al parecer no gusta a quien tiene que gustar. Y eso, ya se sabe, es una mala noticia. Hoy quiero verlo, porque no acabo de saber bien lo que estoy haciendo, y necesito ver si voy por buen camino. Empieza ahora. Hasta luego.

lunes, 11 de junio de 2007

Faltan 36 días

... para volar a Japón. Pero para mis ansiados días de vacaciones y preparativos del viaje, no queda nada, o queda mucho, me queda todo. Vamos, que se acabó, no va a ocurrir nunca. Mañana empiezo en mi nuevo curro. Me esperan días y días de trabajar sin descansar, concretamente 35... un día menos que los que restan para el viaje. O unas horas, porque el 16 es el último programa, y sospecho que acabará de madrugada... a pocas horas de embarcar... Ya me puedo planificar bien. No voy a tener tiempo de preparar más este viaje, no voy a poder leer casi nada más, ni buscar alojamiento ni leer guías, ni hacer nada de nada. Me quedan 35 días de horror, según todo el mundo, al precio de 2200 euros al mes. El día 17 voy a subir a ese avión y voy a dormir durante las 16 horas que dure el vuelo. Luego espero haber dejado atrás todo tipo de estrés, nervios, cansancio y trabajo y lanzarme al mundo nipón de cabeza.

Dicho lo cual... bueno. Creo que me he ido lo más dignamente posible de mi trabajo. Me he despedido con cariño de todo el mundo, de corazón, en serio. Lo he hecho lo mejor posible, he dejado todo más o menos terminado, y creo que he dejado buen sabor de boca. En mi último día de curro he estado allí 14 horas, nada menos. No quiero medir mi esfuerzo en minutos, pero sí que quiero dejar claro que he intentado que todo esto del nuevo curro suene a todo menos a espantada. Que suene a lo que es. A que todos necesitamos trabajar, que las cosas son así, y que a mí esos euros me dan la vida, me permiten irme de viaje con el colchón de ese dinerillo para cuando regrese.

Voy a prepararme un calendario. Necesito visualizar mis próximas semanas.

sábado, 9 de junio de 2007

Faltan 39 días

Ayer tuve una grabación de esas que pueden calificarse sin temor de agotadoras. Además de la tensión y el desgaste que suponen pensar que todo lo que haces puede estar mal y tener consecuencias catastróficas, de lo pequeña que me sentía a ratos (luego, cuando me relajaba, disfrutaba más del trabajo), de tener que combinar mis funciones decidiendo contenidos con las de convencer, dialogar, dar conversación, explicar, jugar, chantajear y suplicar a niños durante cinco horas, se unen las ganas de tener vacaciones.

Cuando llegué a casa eran las doce de la noche. Había quedado a cenar en casa de un vecino que tiene una terraza chulísima para ver el atardecer (ja). Cuando llegué, me habían guardado un poco de carne, había bizcocho y vino, y aunque era noche cerrada y el cielo estaba nublado y sin ninguna estrella, se estaba de muerte en la terraza.

Lo mejor de esta terraza es que se la ha hecho él. Su casa es un piso de menos de 30m2 de tamaño en la parte interior de una corrala. Al ser el último piso, cuando tiró el falso techo de su casa descubrió que tenía mucha altura por arriba. Sobre el piso, en la buhadilla, aún se podía subir otro piso más, pero la inclinación del tejado hacía que más de la mitad de la superficie fuera inaccesible. Había que moverse a gatas. Así que quitó el tejado y se hizo una terracita. Monísima, blanca, con su mesita, sus banquitos, sus plantitas, ganchos para colgar una hamaca, sonido para música y cine, más ganchos para colgar una pantalla de proyección... Si te subes a un banco alto que tiene de madera se ve todo Madrid. Es alucinante. Parece una escena de Mary Poppins. Y lo mejor es que el chico es un cielo, es majísimo. Es amigo de unos amigos, apenas le conozco, pero siempre que nos hemos visto me ha parecido genial. Y ahora además le admiro, porque todo se lo ha hecho él. Es todo un personaje.

Menos mal que hubo un buen cierre para semejante día tan largo.

jueves, 7 de junio de 2007

Faltan 41 días

Para volar a Japón. Sin embargo, el resto de mi cuenta atrás pende de un hilo. Estos 41 días pueden resultar tan diferentes a como los había imaginado... igual me quedo sin Alicante, sin conocer a Celia, sin ver en directo a los Grey Souls en su reunión triunfal tras una década de ausencia, sin txupinzao, sin almuerzo, sin semana en la playa descansando, sin fines de semana con P... sin fines de semana en general. No sé. Y todo por dinero. Una buena cantidad de dinero, eso sí, pero dinero al fin y al cabo. Dinero a cambio de todo eso. ¿Compensa? ¿Puede alguien darme una respuesta?

Es curioso, cuando me han ofrecido renunciar a todo esto a cambio de dinero he pensado que era menos tiempo, me he autoconvencido de que sólo era un mes. Y ahora que los he contado bien, resulta que son casi 40 días. 37 días serán si todo empieza el lunes. 36 en realidad, puesto que todo terminaría el día 16, horas antes de coger el vuelo. No lo veo claro. Creo que puedo equivocarme de lleno. Tengo que calcular mis pasos. Parece una canción de Astrud...

Por otro lado mi día a día es bastante lamentable. Cada vez tengo menos ganas de levantarme por la mañana, de ir a trabajar, de salir deprimida, de creer que no avanzo, de intentar hacer las cosas bien y agarrotarme por completo, de creerme peor de lo que soy. Para colmo hace calor y yo estoy acatarrada, la gente va por la calle en tirantes y yo me abrigo con chaquetas y cazadoras, no abandono los vaqueros ni he estrenado las sandalias, es como si el verano que ya ha llegado no fuera conmigo. Y encima la lista de cosas que tengo que hacer sigue creciendo, y todas esas cosas cuestan dinero. A saber:

1.-Llevar el coche al taller. Hoy me han subido de golpe y porrazo el presupuesto 200 euros.
2.-Pagar el impuesto de circulación. Este coche es como un hijo tonto.
3.-Cortarme el flequillo, ¿Alguien me lo haría gratis?
4.-Teñirme las canas.
5.-Depilarme las piernas.
6.-Cerrar una cuenta que tengo hace años en Caja Madrid y que está en números rojos.
7.-Pagar a hacienda. Mierda, qué palo me han pegado este año.
8.-Mover el tema de la subvención para las obras de rehabilitación de la casa. Esto en realidad hará que me den dinero, pero me recuerda que la obra, aún con subvención, nos va a salir por un pico.
9.-Ir al dentista. Creo que lo voy a dejar para septiembre.
10.- Comprarme ropa interior. Menos mal que eso es un regalo que gentilmente se ha ofrecido mi madre a hacerme por mi cumpleaños. Pero lo tengo que adelantar yo...

Estas son sólo 10 de las razones por las que creo que voy a aceptar ese trabajo. Si es que aún estoy a tiempo.

jueves, 31 de mayo de 2007

Ha comenzado la cuenta atrás: quedan 47 días

Me levanto pensando en Japón, y me acuesto pensando en Japón. Lo primero es una manera de hablar, y lo segundo es literal, porque llevo varios días quedándome dormida en el sofá con el ordenador encendido y miles de páginas sobre el tema abiertas, o con la guía de Japón que le regalaron las niñas abierta por cualquer página y apoyada en el regazo, o en la mesilla, o en el arcón...

No dejo de darle vueltas al itinerario, y tengo ganas de fijarlo ya. He descubierto nuevos sitios que podemos visitar, porque 19 días son muchos días. Esta es la lista de los lugares a los que me gustaría ir. Otra cosa es si al final vamos a todos, y en qué orden. Ese es un puzle en el que aún estoy trabajando: Tokio-Niko-Monte Fuji-Kamakura-Kioto-Nara-Hiroshima-Miyajima-Takayama-Shirakawago-Kanazawa. Creo que no me dejo nada. Y a la vez que me dejo muchas cosas.

También me apetece leer sobre Japón. Novelas. Pero ambientadas en Japón. Me han recomendado una autora, Amèlie Nothomb, belga nacida en Japón de padres diplomáticos, al parecer la autora joven más prometedora y prolífica de los últimos tiempos en lengua francesa. Tiene varios libros basados más o menos en su experiencia viviendo en Japón de pequeña y de no tan niña. Como se da la circunstancia de que he vuelto a cogerle el gusto a la lectura gracias a que tengo que venir a trabajar en metro, creo que voy a comprarme algo de ella. Esto rompe mis esquemas de NO GASTAR y de NO COMPRAR NADA de aquí a que nos vayamos (por aquello de la pasta; la broma de Japón nos va a salir cara). Pero tengo otros esquemas relativos a lo mucho que me gusta poseer los libros que me leo, así que he pensado en quitarme de otras cosas y comprarme al menos uno, a ver si me gusta su estilo. Creo que voy a empezar por Estupor y Temblores, un libro sobre lo difícil que debe de ser ser una mujer joven, buena profesional y con prometedora carrera en Japón. Aún hoy, debe de ser una sociedad tremendamente machista.

Por otro lado, tengo que decir que no sólo ha empezado la cuenta atrás para embarcarme rumbo a Japón por 19 días. También para acabar de trabajar después de un año intenso de trabajo (22 días); para ir por fin a conocer a la hija de Sonia (15 dias); para Sanfermines (35 días); para la boda de Amaia (44 días)... Estoy en esas épocas de mi vida en las que me dibujo un calendario donde marco en rojo varias fechas y voy tachando los días que pasan. En cuanto supere la barrera de mayo y empiece junio parecerá que todo empieza a estar más cerca. Y para eso quedan 11 horas y 45 minutos. Ha comenzado la cuenta atrás. 11 horas y 44 minutos... 11 horas y 43 minutos...

martes, 29 de mayo de 2007

Objetivo nipón

Me voy a Japón. Nos vamos a Japón. Salimos el día 18 de julio y regresamos el día 4 de agosto. Nos vamos con dos amigos, Sl e Ik. ya no hay marcha atrás, el billete está pagado y la reserva hecha. Ahora hay que pensar en todo lo demás. Trayecto, alojamiento, transportes y demás. A empaparse la guía que me regalaron las niñas por mi cumpleaños. Y a bucear en internet. Este diario se va a convertir durante mes y medio en el De cómo tres navarros (y un madriñeño) preparan su viaje a Japón.
Japón. Japón. Japón... ¡¡qué bien suena!!

lunes, 21 de mayo de 2007

Como decíamos ayer...

He vuelto a hacerlo. He vuelto a dejar pasar mucho tiempo desde mi última entrada. ¿Seré capaz de ser mantenerme firme y comprometerme a escribir por lo menos una vez a la semana? Por de pronto, déjame que haga memoria y recuerde todo lo que ha pasado desde la última vez que nos vimos (y nos leímos). Comenzó la grabación del concurso. Comnezó, y terminó. Fueron dos semanas intensas, con lloros, nervios y quejas incluidas. Hoy he escrito a P. que sigue allí montando los programas, y me ha dicho que hay tensión en el ambiente. No sé a qué se referirá, pero me ha dado mal rollo.

Puente de mayo de por medio, he vuelto a currar. Después de estar dos semanas de ama de casa, saliendo a pasear, tomando cañas, comiendo por ahí y levantándome cada día no antes de las 11, esta mañana se me ha hecho muy duro levantarme para venir a la oficina. El viernes fue mi primer día, y empezó la cosa extraña. Después de una semana entera esperando que me llamaran para que, parafraseando a Saez, pero al revés, me dijeran que sí a todo, por fin consigo la dichosa confirmación. Dichosa porque en el fondo estaba deseando irme a Japón el mes que viene, pasar todo el verano en Madrid como una reina y en definitiva quedarme en casa sin currar hasta septiembre. Pero no pudo ser, y me contrataron. La incorporación era tal que el lunes. Estábamos a miércoles, con lo que la cosa no pintaba del todo mal. Dos días por delante, más el fin de semana, para disfrutar del paro. Pero las cosas se torcieron, y el viernes a las 11 de la mañana suena el teléfono. Mira que que han dicho veces que lo apague mientras duermo, pero nada. Sonó, y lo cogí.
- ¿Sí?
- Hola, son Fulanitadetal y te llamo para decirte que al final te incorporas mañana.
- ¿Mañana? Pero si es sábado.
- ¿Sábado? ¿Pero hoy a qué estamos?
- A viernes.
- Es verdad. Pues entonces te incorporas... hoy. ¿Por qué no has venido?
- Me dijiste que iba a ser el lunes.
- Ya, pero la directora ha dicho que quiere que te incorpores hoy... así que tendrás que venir, ¿no?
- Bueno, me pasaré a lo largo de la mañana.

Y me pasé. ¿Qué iba a hacer?

Luego pasaron muchas cosas. Pero así, gracioso, un encuentro inevitable que he tenido esta mañana a primera hora con una antigua amistad. Y cuando digo antigua, es muy antigua. Del siglo pasado. Él se llama Extra-pink, fuimos colegas en tiempos, y es cuando menos un poco raro, porque trabaja en mi misma planta, a varias mesas de distancia, pero lo justo para verle pasar cuando entra y sale de un despacho. Me ha hecho recordar muchas cosas, y creo que yo a él también, porque se ha puesto muy contento, y me miraba con un poco de ternura. Normal, vernos es como mirarse al espejo y reconocerse en 1998. Y han pasado tantas cosas desde entonces... me gustaría tomarme un café un día con él y contarnos un poco la vida. Pero no creo que vaya a ocurrir.

Por cierto. Ya tengo 32 años. Lo que son las cosas. ¿Cuántos tendrá ya Extra-pink?

jueves, 29 de marzo de 2007

La semana que no termina

Las dos semanas anteriores a ésta pasaron a la velocidad del rayo. No me dio tiempo ni de enterarme. Ésta se me está haciendo enterna. Empiezo a estar cansada, y un poco desasosegada. Ayer mismo pensaba: "nos hemos dormido en los laureles, nos ha pillado el toro, cómo ha podido ocurrir...". Fue justo durante una reuniómn coñazo, tras darme cuenta de que tenía que hacer del orden de 200 preguntas a la final del concurso que estoy preparando, y que no había hecho ninguna. La clave está en la baja de mi compi, que hace que no estemos llegando a las entregas, y que yo esté currando el doble de lo que esperaba. Es todo un poco horrible. Ahora mismo me siento muy desgraciada. No es que tenga motivo. Mi mini-sobri evoluciona bien, aunque mi madre está preocupada porque dice que no gana peso. Es normal, tiene 10 días justos, es una canija. Dieguito sin embargo ya tiene un diente y dice P. que está hecho un cachondo. Otro que es un sol es Danilelín, pequeño pero majo. Y su hermana, maravillosa como siempre. Y ayer vi a Olivita y vamos, la monda. Estaba hecha una jamona, menudos perniles... acero pa los barcos, como diría Madonna. Y qué maja. Hoy cumple un año. Su hermana sin embargo estaba un poco torcida.

Creo que empiezo a necesitar con urgencia un niño propio. El martes sin falta voy a hacerme los análisis de sangre que me mandó la rusa y a ver si empiezo a tomérmelo en serio. Esta semana santa hace un año ya de mi decisión. Hasta ahora no he dado importancia al hecho de que aún no haya atinado, pero empiezo a preocuparme. ¿Exagero o es que el instinto maternal me está volviendo loquita?

viernes, 23 de marzo de 2007

Mini-sobri y otros trajines

Han sido dos semanas de locura. Primero, tour académico-infantil por el norte de la península con mi trabajo. Tres coches y doce personas de turismo gastronómico cuando no estábamos trabajando. Cinco días fuera de casa que se me han hecho eternos -ya estoy mayor para estos viajes tan largos- y que casi me provocan una indigestión de las gordas. El viernes, además, tuve que salir corriendo a mediodía para coger un autobús que me llevara a casa de mis padres y llegar así a tiempo a la boda de O&A. Fue más de hora y media de viaje horrible por los pueblos de Navarra pero mereció la pena. Emocionante la boda, y divertida la fiestilla que se montaron en casa. Pero eso no fue todo. Tras un sábado en casa con Piñon incubando una gripe llegó un domingo de nervios con el accidentado nacimiento de mi mini-sobri. Tras ingreso de urgencia el sábado y traslado a capital de provincias en ambulancia el domingo, al final todo terminó a al borde de la medianoche con una cesárea de urgencia que tuvo a todo el mundo el vilo. La pobrecita niña pasó del vientre de su madre directamente a la incubadora. A mi hermano se le debió cambiar la cara al ver pasar a su primera hija como una exhalación metida en una urnita de cristal y con un tubo en la garganta (yo me pregunto, ¿cómo debe ser intubar a un prematuro?). Hoy, cinco días más tarde, parece que todo va bien, la madre recuperándose de la intervención y la niña dando guerra en la sala de neonatos. Dide mi madre que es rubita y tiene los ojos azules. Los caprichos de la genética. A ver si va a sacar los rasgos de nuestra bisabuela, la famosa abuela Margarita, mujer recta como ninguna. Mañana voy a conocerla.

Mientras tanto, a C. su médico le ha dado la baja y la obliga a estar en casa reposando al ver que tiene serias posibilidades de un parto prematuro y poco aconsejable. Después de todo lo que ha pasado, le he pedido por favor que se lo tome muy en serio. A cambio, me ha tocado pringar un montón esta semana en la oficina. Y lo que me queda. Hoy R. me ha reñido un poco, y me ha exigido delegar. Que cada cual se responsabilice de lo que le toca, me ha dicho, y si las cosas no salen bien habrá que ver por culpa de quién ha sido. Tú no puedes hacerlo todo. Tiene razón. a ver como acaba esto.

Por cierto que está siendo un comienzo de primavera lleno de bebés. Mañana veré por primera vez a mini-sobri y pasado hay cena chez danielito. Nos han dicho que vayamos pronto si queremos verle despierto. A mini-sobri no podremos verle mucho porque aún está en la incubadora. Debe de ser un ratoncillo. Algo habrá sacado de su tía...

domingo, 11 de marzo de 2007

Encuentros varios

Somos tan urbanitas que ayer sábado estuvimos en el campo y sólo con eso hoy tenemos agujetas. Sin paseos, sin esfuerzos, sin nada. Es respirar el aire campestre y no poder andar al día siguiente.

Nos fuimos no muy temprano por la mañana, justo después de que llegara Natalia, que lo primero que hizo al verme fue decirme con su acento: "pensaría que tú estarás durmiendo". Tardamos más de dos horas en llegar, porque estaba un poco más lejos de lo que pensábamos, y porque llegado un punto P. dijo que había que ir hacia la derecha cuando era hacia la izquierda, y claro, hasta que enfilamos un bosque frondoso no empezamos a sospechar que no era por ahí. La casa a la que íbamos resultó ser un chozón. Preciosa, y el lugar, alucinante. Qué bonita es la Vera. La visita sirvió para que P. se reuniera con una serie de viejos y buenos amigos a los que hacía tiempo que no veía juntos. El día fue muy agradable, comiendo de una brasa hecha en una carretilla y bebiendo cerveza al solete. Cuando acabamos de comer plantamos dos árboles por los ausentes en esa reunión. Sin buscar momentos emotivos, sin solemnidades. Me gustó mucho cómo pasaron las cosas. Con muchas risas y con mucho cariño. Habrá que ir de vez en cuando a ver cómo crecen.

Ese fue uno de los encuentros. Los otros dos espero que se produzcan en breve. Uno, con el pasado. Hoy he recibido un mail que me ha puesto muy contenta. Es de alguien a quien no veo hace 10 años y que, casualidades de la vida, resulta que vive a solo tres calles de mi casa. Probablemente en unos diez días podamos ponernos al día de todo lo que ha pasad o durante este tiempo. El otro es con el futuro y se resolverá en un poquito más. Creo que el viernes que viene se marca la fecha para el nacimiento de mi primera sobrina-sobrina, hija de mi único hermano. Va a ser un mes de marzo de lo más emocionante.

jueves, 8 de marzo de 2007

Enhorabuena a los premiados

Por fin ha nacido danielito. Bienvenido a la vida. Estamos encantados de tenerte entre nosotros.

martes, 6 de marzo de 2007

El renacer de un nuevo día

Lo sabía, sabía que iba a empezar este blog con un afán enfermizo y que a la semana lo iba a dejar morir. Pues no, me resisto. Tengo que luchar contra la desidia. Hoy es el primer día del resto de la larga vida de este blog. Perdóname por haberte abandonado. Prometo que nunca volverá a pasar.

Mi súbito interés por resucitar este espacio no es casual. Como bien dije hace ¿dos semanas? me he apuntado a un curso de escritura creativa. Como no podía ser menos, la primera semana ya dejé de mandar la propuesta del profesor. Me escudé en que tenía mucho trabajo, en que no me había dado tiempo, pero es mentira. Cada tarde al llegar a casa encontraba algo mejor que hacer que sentarme a trabajar: ir al reparto de verduras ecológicas (mi último post iba sobre eso, pero el destino quiso que se borrara. Otro día hablaré de ello); ir a la chilostra; quedar con antiguas compañeras; ir luego con ellas a la chilostra… no recuerdo qué más hice. Señal de que no sería importante. El caso es que ayer llegué a casa dispuesta a ponerme al día con el curso, y en vez de eso puse una lavadora y me fui a casa de un vecino-amigo nuevo a ver una peli. Tras la peli, que era un documental, charlamos un buen rato con el director, que estaba entre nosotros, y al final llegué a casa casi a la 1 de la mañana. Un poco disgustada conmigo misma, me senté y escribí del tirón una propuesta para la que se nos pedía trabajar un poco cada día durante una semana. Acabé a las dos y media o tres. Piñon había llegado ya a casa. Me acosté tardísimo, pero satisfecha. Hoy aún me dura la euforia, así que es el día perfecto para retomar este espacio. Y que dure.

Por cierto, una aclaración respecto a la historia del documental y la charla con el director. Suena muy pedante, pero no es lo que parece. Fue algo casual. No me dedico a ir a cineforums con directores. Si lo hiciera tampoco pasaría nada, pero es la pura verdad. No lo hago nunca, no me va ese rollo.

martes, 20 de febrero de 2007

Maldito ordenador

Acabo de perder una entrada larguísima y súper interesante que por supuesto no voy a volver a escribir.

Mierda.

Mañana será otro día.

lunes, 19 de febrero de 2007

Estreno-escaqueo

Ayer me estrené desde casa. Ahora lo hago desde mi oficina. No hay blogger que no actualice desde su puesto de trabajo, y aunque me da un poco de vergüenza, tengo que lanzarme al barro.
He tenido mejores puestos en esta oficina. Ahora mismo estoy bastante expuesta a miradas desde atrás por encima de mi hombro. Así que no voy a decir más, aun tengo que acostumbrarme y perder la vergüenza. Esto es solo una prueba. Seguiré desde mi casa que es territorio amigo. Además, son las 18:27 y en tres minutos todo el mundo a mi alrededor va a desaparecer, a evaporarse. Parecemos funcionarios.

(Una hora y media más tarde...)

Ya estoy en casa. La verdad es que da gusto. Lo de mi nuevo horario es un poco vergonzoso, pero bueno, así compenso todas las horas de más que hice en enero, y las que haré en abril. Eso sí, no puedo volver a quejarme del trabajo. No tengo derecho. Me acaba de llamar una antigua compañera. Me ha contado que trabaja doce horas al día de lunes a domingo. Así, porque sí, y de manera indefinida. Está a punto de dar carpetazo a ese asunto, y espero que le salga bien. Desde aquí, suerte.

El caso es que llego pronto a casa y no sé qué hacer. Bueno, ahora sí, sentarme a disfrutar de mi nueva afición, que es este blog, pero normalmente llego, mariposeo un poco y me lanzo como una posesa a los bares con tal de no estar en casa. No voy sola, no estoy tan pirada. Quedo con amigos a los que, como a mí, se les cae la casa encima con facilidad. Como he decidido que tengo que acabar con esa afición a los bares, hoy he invitado a cenar a d. Voy a ver qué le puedo ofrecer que le guste, que éste es muy biológico...

domingo, 18 de febrero de 2007

Estreno

Hoy estreno blog. Estaba tan nerviosa siguiendo los pasos que hasta me he equivocado en el nombre. Si no es por miquique salgo al ciberespacio como madito roedor en vez de maldito roedor. Además, tengo que confesar que ésta es la segunda versión de un mismo blog. El primero, exactamente igual que éste, lo he tenido que eliminar por un problema de pudor. Eso sí, no he tenido ningún pudor en copiar esta primera entrada antes de eliminarlo y pegarla en la versión dos. Que una es muy vaga.
Sé que a nadie le importa pero lo del nombre tiene su porqué. Hace años me dijeron, con un poco de mala idea, que me parecía a Stuart Little, el ratón listillo de la película. Desde entonces lo de "ratón, haz esto", "ratón, mira aquello" se ha convertido en costumbre. Por eso lo de roedor. Lo del maldito antes es por adornarlo un poco. Un blog llamado ratón no mola nada. Esto suena más pedante pero al fin y al cabo suena mejor.
A ver cuánto me dura esto del blog. Hace tiempo tuve uno compartido con amigos. Nos duró el furor tres meses. Éste es secreto, sólo dos personas conocen su existencia. Igual así me animo a escribir más. De hecho de eso se trata, de escribir un poco, que me estoy embruteciendo. Me he apuntado a un taller de escritura creativa, y aquí se supone que se tienen que notar las mejorías. Voy a ver qué tal ha quedado esta parrafada (creo que bien, o eso parecía hace veinte minutos antes de eliminarlo y empezar de nuevo...) y me voy a cenar con una persona que pronto serán dos. De hecho igual es la última vez que la vemos sola antes de por lo menos dos años.