jueves, 31 de mayo de 2007

Ha comenzado la cuenta atrás: quedan 47 días

Me levanto pensando en Japón, y me acuesto pensando en Japón. Lo primero es una manera de hablar, y lo segundo es literal, porque llevo varios días quedándome dormida en el sofá con el ordenador encendido y miles de páginas sobre el tema abiertas, o con la guía de Japón que le regalaron las niñas abierta por cualquer página y apoyada en el regazo, o en la mesilla, o en el arcón...

No dejo de darle vueltas al itinerario, y tengo ganas de fijarlo ya. He descubierto nuevos sitios que podemos visitar, porque 19 días son muchos días. Esta es la lista de los lugares a los que me gustaría ir. Otra cosa es si al final vamos a todos, y en qué orden. Ese es un puzle en el que aún estoy trabajando: Tokio-Niko-Monte Fuji-Kamakura-Kioto-Nara-Hiroshima-Miyajima-Takayama-Shirakawago-Kanazawa. Creo que no me dejo nada. Y a la vez que me dejo muchas cosas.

También me apetece leer sobre Japón. Novelas. Pero ambientadas en Japón. Me han recomendado una autora, Amèlie Nothomb, belga nacida en Japón de padres diplomáticos, al parecer la autora joven más prometedora y prolífica de los últimos tiempos en lengua francesa. Tiene varios libros basados más o menos en su experiencia viviendo en Japón de pequeña y de no tan niña. Como se da la circunstancia de que he vuelto a cogerle el gusto a la lectura gracias a que tengo que venir a trabajar en metro, creo que voy a comprarme algo de ella. Esto rompe mis esquemas de NO GASTAR y de NO COMPRAR NADA de aquí a que nos vayamos (por aquello de la pasta; la broma de Japón nos va a salir cara). Pero tengo otros esquemas relativos a lo mucho que me gusta poseer los libros que me leo, así que he pensado en quitarme de otras cosas y comprarme al menos uno, a ver si me gusta su estilo. Creo que voy a empezar por Estupor y Temblores, un libro sobre lo difícil que debe de ser ser una mujer joven, buena profesional y con prometedora carrera en Japón. Aún hoy, debe de ser una sociedad tremendamente machista.

Por otro lado, tengo que decir que no sólo ha empezado la cuenta atrás para embarcarme rumbo a Japón por 19 días. También para acabar de trabajar después de un año intenso de trabajo (22 días); para ir por fin a conocer a la hija de Sonia (15 dias); para Sanfermines (35 días); para la boda de Amaia (44 días)... Estoy en esas épocas de mi vida en las que me dibujo un calendario donde marco en rojo varias fechas y voy tachando los días que pasan. En cuanto supere la barrera de mayo y empiece junio parecerá que todo empieza a estar más cerca. Y para eso quedan 11 horas y 45 minutos. Ha comenzado la cuenta atrás. 11 horas y 44 minutos... 11 horas y 43 minutos...

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