lunes, 21 de mayo de 2007

Como decíamos ayer...

He vuelto a hacerlo. He vuelto a dejar pasar mucho tiempo desde mi última entrada. ¿Seré capaz de ser mantenerme firme y comprometerme a escribir por lo menos una vez a la semana? Por de pronto, déjame que haga memoria y recuerde todo lo que ha pasado desde la última vez que nos vimos (y nos leímos). Comenzó la grabación del concurso. Comnezó, y terminó. Fueron dos semanas intensas, con lloros, nervios y quejas incluidas. Hoy he escrito a P. que sigue allí montando los programas, y me ha dicho que hay tensión en el ambiente. No sé a qué se referirá, pero me ha dado mal rollo.

Puente de mayo de por medio, he vuelto a currar. Después de estar dos semanas de ama de casa, saliendo a pasear, tomando cañas, comiendo por ahí y levantándome cada día no antes de las 11, esta mañana se me ha hecho muy duro levantarme para venir a la oficina. El viernes fue mi primer día, y empezó la cosa extraña. Después de una semana entera esperando que me llamaran para que, parafraseando a Saez, pero al revés, me dijeran que sí a todo, por fin consigo la dichosa confirmación. Dichosa porque en el fondo estaba deseando irme a Japón el mes que viene, pasar todo el verano en Madrid como una reina y en definitiva quedarme en casa sin currar hasta septiembre. Pero no pudo ser, y me contrataron. La incorporación era tal que el lunes. Estábamos a miércoles, con lo que la cosa no pintaba del todo mal. Dos días por delante, más el fin de semana, para disfrutar del paro. Pero las cosas se torcieron, y el viernes a las 11 de la mañana suena el teléfono. Mira que que han dicho veces que lo apague mientras duermo, pero nada. Sonó, y lo cogí.
- ¿Sí?
- Hola, son Fulanitadetal y te llamo para decirte que al final te incorporas mañana.
- ¿Mañana? Pero si es sábado.
- ¿Sábado? ¿Pero hoy a qué estamos?
- A viernes.
- Es verdad. Pues entonces te incorporas... hoy. ¿Por qué no has venido?
- Me dijiste que iba a ser el lunes.
- Ya, pero la directora ha dicho que quiere que te incorpores hoy... así que tendrás que venir, ¿no?
- Bueno, me pasaré a lo largo de la mañana.

Y me pasé. ¿Qué iba a hacer?

Luego pasaron muchas cosas. Pero así, gracioso, un encuentro inevitable que he tenido esta mañana a primera hora con una antigua amistad. Y cuando digo antigua, es muy antigua. Del siglo pasado. Él se llama Extra-pink, fuimos colegas en tiempos, y es cuando menos un poco raro, porque trabaja en mi misma planta, a varias mesas de distancia, pero lo justo para verle pasar cuando entra y sale de un despacho. Me ha hecho recordar muchas cosas, y creo que yo a él también, porque se ha puesto muy contento, y me miraba con un poco de ternura. Normal, vernos es como mirarse al espejo y reconocerse en 1998. Y han pasado tantas cosas desde entonces... me gustaría tomarme un café un día con él y contarnos un poco la vida. Pero no creo que vaya a ocurrir.

Por cierto. Ya tengo 32 años. Lo que son las cosas. ¿Cuántos tendrá ya Extra-pink?

No hay comentarios: