lunes, 5 de mayo de 2008

Corrala

El edificio representativo de Madrid por excelencia es la corrala. Son casas construidas en torno a un patio, con balcones corridos a los que dan las puertas de acceso a las casas. Estas por lo general son pequeñas, y en ellas vivían los pobres y los humildes. La vida de los vecinos giraba en torno al patio. Algunos relacionan sus orígenes con los famosos Corrales de Comedias de la misma época. Una de las más famosas de Madrid es ésta, situada en la calle Tribulete.



Pues bien, yo vivo en una corrala. Está en Lavapiés, en pleno barrio de Embajadores (barrio más castizo en Madrid no puede haber).

Su origen se remonta a finales del XIX. Lo pone en un grabado en piedra a la entrada. A diferencia de la que hay arriba, es una corrala con forma de U. Desde el portal se accede al patio, de planta cuadrada, por lo que sería la base de la U.
Levantando la vista desde ahí se pueden ver los cuatro pisos, rodeados por tres de una balconada que recorre el patio hasta de extremo a extremo por tres de sus cuatro lados. Un ascensor de cristal que se puede coger en el patio sube por la pared de la escalera rompiendo la linea del balcón.

Antiguamente las corralas eran auténticas infraviviendas. Familias enteras se hacinaban en 20 metros cuadrados.
No tenían luz ni agua corriente, y las letrinas eran comunes a todo el piso. Muchas no tenían apenas ventilación, y su único contacto con el exterior era a través de la mis misma corrala.

Hoy muchas siguen siendo pequeñas, pero arregladas tienen su encanto. En mi caso, tengo la suerte de tener una casa exterior, que da tanto a la corrala como a la calle. No es la más grande de la finca pero tiene unas dimensiones mucho mayores que las que dan sólo a la galería. Lástima que la finca tenga actualmente bastante mal aspecto. Estamos en pleno proceso de rehabiliación. A la escalera le hace falta una buena mano de pintura.


Las barandillas de la galería están bastante deterioradas y van a tener que ser sustituidas en muchos puntos. Y la fachada del patio necesita algo más que un repaso.

Hoy, después de 8 meses con un andamio enfrente de mi ventana, por fin puedo abrirla de par en par y disfrutar del mes de mayo, que llega ya con calorcito.

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