sábado, 20 de noviembre de 2010

Todo de color de rosa

Soy otra persona, agotada como la anterior, pero otra. Llevo diez días trabajando, y es que no hay color. Estoy encantada. Se me nota hasta en la cara, dicho por mi vecino y amigo. Primero, porque el horario es no inmejorable pero sí mucho más que aceptable. Consiste en un sistema de turnos por el que pasas un mes y medio genial, dos semanas regular y otras dos bastante más regular. Así suena mal, pero si pensamos en que normalmente nuestro horario es regular, bastante regular o directamente malo, tener más del 50% del tiempo un buen horario es un lujo. Además, acabo de empezar mi mes y medio genial, así que no pensemos en cosas malas.

Segundo, porque esto parece que va para largo, lo cual es un curro en el que los contratos por semanas abundan pues no está mal. Y tercero, porque el ratoncito ha reaccionad genial a su ampliación de horario, está regularizando sus noches (salvo deshonrosas excepciones como la que acabamos de pasar) y come mucho mejor. Eso sí, el otro día estuvimos en la revisión de peso y fatal, sólo ha engordado medio kilo y no ha crecido nada en este mes. Bueno, fatal no, está bien, pero me esperaba otra cosa. Y es que yo le veo enorme. Pero bueno, mientras esté sano, contento y gane peso poco a poco, voy a intentar olvidarme de las dichosas tablas.

Es que no lo puedo remediar, será cosa de madre amantísima, pero estoy obsesionada con su desarrollo, no dejo de compararlo con otros niños. El otro día estuvimos con unas amistades cuya hija es un mes mayor que el nuestro, y la vi mucho más avanzada. Grande, despierta, comunicativa... gateaba, se sujetaba de pie, daba palmas y tenía dientes. ¡Mi ratón no hace ni tiene ninguna de esas cosas! ¿Debo preocuparme? Deba o no, lo hago. En la guarde dicen que le ven bien, que no me preocupe y que es pronto. Tiene sólo siete meses y medio... en fin. Respecto al gateo, la verdad es que parece que lo intenta, levanta el culo y hace por meter rodilla... pero no sabe seguir... es un pequeño roedor que no sabe ni reptar! Por lo menos en casa porque el otro día me dijeron sus profes de la guarde que tuvieron que sacarlo de debajo de la cuna. Ay mi peque, cualquier día sale corriendo! y lo malo es que a mí me pillará trabajando!

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