jueves, 29 de marzo de 2007

La semana que no termina

Las dos semanas anteriores a ésta pasaron a la velocidad del rayo. No me dio tiempo ni de enterarme. Ésta se me está haciendo enterna. Empiezo a estar cansada, y un poco desasosegada. Ayer mismo pensaba: "nos hemos dormido en los laureles, nos ha pillado el toro, cómo ha podido ocurrir...". Fue justo durante una reuniómn coñazo, tras darme cuenta de que tenía que hacer del orden de 200 preguntas a la final del concurso que estoy preparando, y que no había hecho ninguna. La clave está en la baja de mi compi, que hace que no estemos llegando a las entregas, y que yo esté currando el doble de lo que esperaba. Es todo un poco horrible. Ahora mismo me siento muy desgraciada. No es que tenga motivo. Mi mini-sobri evoluciona bien, aunque mi madre está preocupada porque dice que no gana peso. Es normal, tiene 10 días justos, es una canija. Dieguito sin embargo ya tiene un diente y dice P. que está hecho un cachondo. Otro que es un sol es Danilelín, pequeño pero majo. Y su hermana, maravillosa como siempre. Y ayer vi a Olivita y vamos, la monda. Estaba hecha una jamona, menudos perniles... acero pa los barcos, como diría Madonna. Y qué maja. Hoy cumple un año. Su hermana sin embargo estaba un poco torcida.

Creo que empiezo a necesitar con urgencia un niño propio. El martes sin falta voy a hacerme los análisis de sangre que me mandó la rusa y a ver si empiezo a tomérmelo en serio. Esta semana santa hace un año ya de mi decisión. Hasta ahora no he dado importancia al hecho de que aún no haya atinado, pero empiezo a preocuparme. ¿Exagero o es que el instinto maternal me está volviendo loquita?

1 comentario:

juancorre dijo...

Me encanta la cita, apócrifa creo, de Madonna y ¡que sea por Olivia!