domingo, 7 de junio de 2009

Turno de noche 1-0 Pringada

El turno de noche comienza a pasarme factura. Lo empecé con un catarro de los que hacen historia, el catarro derivó, o destapó, una sinusitis. Ésta me llevó al médico, lo que supuso para mí a) ir al ambulatorio un día a darme de alta; b) pedir médico y ya de paso, hora; c) aguantar con la cara de poker el interrogatorio del administrativo de turno sobre cómo es posible que mi tarjeta sanitaria sea de 2003; d) ante la negativa del susodicho a hacerme una nueva, tuve que ir a mi antiguo ambulatorio a por una nueva tarjeta sanitaria que llevaba allí esperándome desde dios sabe cuándo; e) por supuesto, recoger dicha tarjeta también supuso una dosis (pequeña) de explicaciones a la oficinista de turno, y digo pequeña porque cuando gente se pone pesada he aprendido a callar y no dar más explicaciones de las necesarias.

Bueno, con todo esto consigo hora en el médico, que me confirma lo de la sinusitis, me pregunta en qué trabajo, intenta interrogarme sobre mi trabajo pero no me dejo, me toma la tensión y se queda asustado por lo baja que está (yo es que estaba en bajo consumo, venía directa del curro sin dormir ni nada y no regía). Al final me receta unos antibióticos que hasta que no esstuve con ellos en la mano en la farmacia no me di cuenta de que igual no debía tomarlos, porque hace más de 10 años me produjeron unos hongos en la boca molestísimos. Bueno, ha pasado mucho, me dije... error... creo que han vuelto, o eso me dicen unas molestias tremendas que tengo en las encías.

Como buena aprensiva moderna, he leído en internet todo lo que se puede saber sobre este problema, y algunas de las causas las clavo: abuso de antibióticos (bueno no he abusado, no tomaba antibióticos desde hace años, pero tengo antecedentes de abuso: los he tomado sin control durante mucho tiempo); falta de defensas (me lo creo, con lo del cambio de horario como fatal y estoy adelgazando); trasnochar (touché); estrés (hombre, estresada no estoy, pero vamos que tampoco la mar de tranquila).

Total, que el miércoles me voy al dentista a que me confirme esta mala noticia, me de solución y me diga si tiene que esperar a que me cure para hacerme la revisión que me debe.

Otros deberes: llevar el coche a revisión; mirar una multa que me han puesto por aparcar mal (no molestaba a nadie pero... mal estaba aparcado eso sí); llamar a mi ginecóloga (espero que lo de los hongos no se haya extendido mucho). Con estos tres recaos ya tengo la semana hecha. Y sólo me quedarán dos.

No hay comentarios: